Manojo de zarsas/Al Tequendama

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Al Tequendama[editar]




Ah! yo como tú; también fui río;

me deslicé por sobre blanda arena,

bajo un cielo de bóveda serena,

y recorrí la vega y el plantío.


Más tarde, la fatiga y el hastío,

y más que todo, la desdicha ajena,

al repletar mi corazón de pena,

me sentí desplomado en el vacío.


Y estoy cayendo en el abismo obscuro

de mi dolor letal, sordo, infinito...

como tú, del peñón inmoble y duro.


Voy, como tú, tras negra lontananza,

lanzando siempre, como tú, mi grito;

ay! pero sin un iris de esperanza.