Mejoras Municipales.

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MEJORAS MUNICIPALES.

Hoy que el sufragio libre nos ha proporcionado concejeros cantonales elegídos por el pueblo comenzamos á disfrutar de los beneficios de su nueva administracion y á ver que sus disposiciones consultan solo al bien general y no como ántes los intereses de un gobierno despótico y arbitrario. La poblacion entera es el mejor testimonio que puede alegarse en favor de lo expuesto: no hay un barrio que no haya recibido alguna mejora; no hay un puente que ofrezca peligro á los transeuntes, no hay, en fin, un corchete comisario que galopee por las calles observando las basuras y adornando el malecon con focos de inmundicias, porque el cuerpo concejil ha sabido encontrar remedios acertados para evitarlos sin recargar injustamente los servicios de la policía.

Mucho nos extenderíamos al pretender enumerar los beneficios que estamos recibiendo: en el nombramiento de los empleados que compete á la I. Municipalidad tenemos otro testimonio fehaciente de ellos. Nos ha llamado especialmente la atencion el actual escribano de policía: hombre de conducta moral y bastante ilustracion ha aceptado por exigencia de sus numerosos amigos tan penoso cargo y en el corto tiempo que se halla desempeñándolo, ha evidenciado que no carecían de razon en las lisonjeras esperanzas que se prometían. Activo, como no ha habido nunca otro, se le vé durante todo el dia entregado á sus faenas, y la media noche le sorprende á menudo en ellas. Dotado, como hemos dicho, de grande inteligencia: organiza los sumarios con tan prolija claridad, que los criminales se ven imposibilitados de evadir su responsabilidad con evasivas ó narraciones imaginarias en cuyas citas son siempre sorprendidos. No es hoy necesario que un testigo pierda dos ó tres dias en la policía para prestar su declaracion ni que un defensor gaste otras tantas horas para que se le manifieste un sumario; porque el señor Chevalie se da tiempo para todo y deja complacidos á los que lo necesitan en el cumplimiento de sus deberes.

Deploramos sí que el Tribunal Superior no encuentre en la esfera de sus atribuciones el modo de evitar el abuso de recargar á la policía con las diligencias que tienen necesidad de practicar los inmediatos superiores. A menudo se vé á estos desocupados y á la policía y demas jueces de instrucción desatender á las funciones propias de su judicatura, por cumplir comisiones injustas con que intempestivamente se le recarga; comisiones en tono imperioso, llenas de apercibimiento y en que ni siquiera por fórmula se expresa estar recargados los jueces de despacho. Este innoble modo de faltar á sus deberes exige de la Corte Superior medidas enérgicas que lo repriman en obsequio de la vindicta pública que directamente se perjudica. Unos observadores.


Bibliografía[editar]

  • El Comercio martes 29 de febrero de 1876. Año I. Trim IV. Núm 87.