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Memorias de apariencias/Sueños hay que verdad son

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Memoria de las apariencias que se han de hacer en los carros para la representación de los autos en las fiestas de este año 670.


Auto primero intitulado


Sueños hay que verdad son.

El primer carro ha de ser una montaña de color de cielo, cuajada toda de rosas y estrellas, cuyo segundo cuerpo ha de estar en bastidores que a su tiempo se han de embeber en el primero, y salir dél en elevación tres personas, las cuales, en estando en lo alto, se han de dividir, quedando fija la de enmedio y apartándose las de los lados de modo que desplegándose el lienzo a manera de abanico quede formado un iris y dando vuelta desaparezca todo dejando el carro como antes estaba.

El segundo carro en correspondencia deste ha de tener los mismos movimientos, distinguiéndose solo en que la pintura ha de ser toda de color verde y en sus países haces de trigo y a lo lejos labranzas del campo como son sembrar, arar, segar y trillar.

El tercer carro ha de ser una fábrica hermosa fingida de jaspes y bronces, y en el segundo cuerpo de ella se ha de aderezar un rastillo en que ha de salir una persona sentada al pie de un árbol de recortado, cuya copa ha de estar con algunas aves de cuyos picos han de venir a dar unas cintas moradas a un canastillo que tendrá en las manos como lleno de panes, y a su tiempo han de salir dél pájaros vivos, y en ella y el árbol han de dar vuelta en un bofetón hasta esconderse en el costado del mismo carro. Ha de embeberse después el bastidor de la fachada y verse dentro del carro una mesa de altar con un sacrificio de panes y encima de cada uno una hostia. Este sacrificio ha de dar vuelta y verse un cáliz y hostia.

El cuarto carro en correspondencia también deste tercero ha de tener a contrario el mismo rastillo y bofetón con diferencia de que el árbol ha de ser una parra pintada de racimos y de cada uno cintas encarnadas que vengan a dar en un cáliz dorado que tendrá en la mano. Ha de embeberse también el bastidor desta fachada y verse otro altar con cálices, y dando vuelta verse otro cáliz y hostia como en el otro.

Don Pedro Calderón de la Barca.