Mil novecientos treinta y nueve: Capítulo F
<< Autor: Rubén Hernández Herrera
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Capítulo F
Bruno se había conformado con módicas cantidades mensuales, era lo que se podría llamar un chantajista mesurado, solo utilizaba el dinero para vivir sin privaciones, su sueldo de oficinista en correos no era tan malo y el dinero que le daba el notario no era poco, vivía él solo, vivía bien. Esta vez llegó con un comentario que inquietó al notario: Están buscando los papeles del oro que salió para Rusia, en pago de las armas que nunca llegaron, si se enteran que usted fue el que dio fe de la salida del oro, lo pueden acusar de traición a la patria. Esos papeles se quemaron antes de que llegaran los nacionalistas. No le digo que no, lo que pasa es que están preguntando, un teniente llegó de Madrid haciendo muchas preguntas, solo le aviso para que esté prevenido. Después de un tiempo, el notario fue a revisar su baúl enterrado, no se veía nada removido, con una varilla picó para constatar que estuviera el baúl, no escarbó más. Solo notó que en la superficie en donde estaba enterrado el baúl crecían plantas distintas al resto del prado. ―Habría que venir algún día a sacar el oro antes de que la naturaleza ponga un letrero―, pensó el notario.
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