Mitos y fantasías de los aztecas/7
VI. MITOS Y FANTASÍAS DE LOS AZTECAS.
Que representan el momento más importante de la Civilización del Anáhuac.
Toda vez que el colapso del Periodo Clásico Superior se dio alrededor del año 850 d.C., cuando los maestros toltecas destruyeron todos los centros de conocimiento e investigación de la Toltecáyotl, los cubrieron de tierra y desaparecieron literalmente del Anáhuac, profetizando su regreso con la llegada de Quetzalcóatl en el año “uno caña”. Los aztecas fundaron Tenochtitlán en 1325 d.C. en el final del periodo Postclásico decadente y empiezan a tener poder hasta 1440. Su limitado poderío no duró más de 81 años.
Que tenían dominado a todo el Anáhuac.
Los mexicas dominaban gran parte del Altiplano Central (sin contar el señoría de Tlaxcala) y parte de la costa del Golfo de México. Comerciaban y tenían alianzas con la zona oaxaqueña y maya. Nunca pudieron vencer a los pueblos Yopes y Tlapanecas de las montañas de Guerrero, ni a los purépechas que ocupaban Michoacán, gran parte del Bajío, una parte de Jalisco, Nayarit y Colima. Jamás pudieron penetrar La Gran Chichimeca, que comenzaba desde lo que hoy es el Estado de Querétaro hacia el Norte. De modo que es un mito que eran los dominadores del “Anáhuac”.
Que eran un “civilización” en sí misma.
La civilización del Anáhuac desde el descubrimiento e invención del maíz en el sexto milenio a.C., hasta la invasión europea en 1519, tuvo muchas culturas diferentes, en tiempo y espacio, pero todas conformando una sola civilización. Con una sólida matriz filosófica, religiosa y cultural. Siendo los mexicas o aztecas el último pueblo que llegó del Norte en calidad de nómada—cazador—recolector, con muy poco desarrollo cultural, pero en breve tiempo se apropiaron de los remantes de la cultura tolteca, que tenía siglos de haber desaparecido. Que eran caníbales.
La palabra caníbal viene de una de las lenguas antillanas. Las fantasías de los europeos, que de siempre han demostrado una gran incapacidad para conocer, entender y respetar “al otro” diferente a él, crearon la fantasía del canibalismo. Así como la fantasía “del Dorado” o de que vivían en el Anáhuac monstruos humanizados, fantasías propias de la época.
Que eran idólatras.
Los pueblos del Anáhuac tenían desde muchos siglos antes de la llegada de los europeos una ceremonia llamada “del Fuego Nuevo”. En esta ceremonia que se realizaba cada 52 años, se rompían todas las representaciones de la Divinidad Suprema y sus múltiples advocaciones menores. De modo que los Viejos Abuelos toltecas y y los jóvenes abuelos mexicas, jamás fueron “idólatras”, pues ellos destruían sus propias representaciones de la divinidad, para justamente no caer en la idolatría. Por el contrario, los españoles eran idólatras y con la colonización y evangelización han convertido a los pueblos del Anáhuac en idólatras, pues les enseñaron a venerar figuras religiosas de la tradición judeocristiana. Que se gobernaban por un “rey” y que eran un imperio.
Como ya se dijo. En el Anáhuac no existía la monarquía. La autoridad suprema recaía en el Consejo Supremo o Tlatócan. El Consejo daba instrucciones al Tlatoani, que era el organizador, y al Cihuacóatl, que era el administrador, ambos “mandaban obedeciendo al Consejo Supremo”, que estaba integrado por ancianos sabios que habían “servido” con eficacia a la comunidad. El “sistema de cargos” o de “usos y costumbres” que todavía existen en las comunidades indígenas del continente son un legado que ha sobrevivido al acoso y destrucción de la civilización del Anáhuac y que contiene un legado de sabiduría y experiencia de miles de años de organizar y gobernar a los seres humanos.
Que un puñado de heroicos españoles vencieron a los temidos ejércitos mexicas.
Totalmente falso. Los europeos que llegaron con Cortés no excedían el número de 600 hombres, que no eran “soldados”, en cambio eran aventureros que venían a hacer fortuna a través del crimen y la violencia, sobre pueblos que nada les habían hecho. Después Cortés sobornó a los mil quinientos hombres que envió Diego Velázquez a detenerlo un año después de salir prófugo de la justicia de Cuba. Pero debe recordarse que en la “Batalla de la Noche triste”[1] los aztecas matan, entre la mitad y dos terceras partes de los filibusteros. Por lo que el número de europeos que participaron en la Batalla de Tenochtitlán, no excedía de mil con apenas unas cuantas pequeñas piezas de artillería, mosquetones y en general, estaban muy mal armados, pues eran filibusteros que ellos mismos aportaban sus armas. En cambio los aliados indígenas, tlaxcaltecas, texcocanos, xochimilcas, huexotzingas, etc., pusieron a disposición de Cortés varios cientos de miles de guerreros. La otra verdad no dicha, para crear el mito de “los invencibles y heroicos soldados de Cortés”, es que los europeos trajeron al Anáhuac la viruela y el sarampión, provocando “la primera guerra bacteriológica del mundo”. Por la cual murieron cientos de miles de aztecas en 1520 y en los primeros cien años de la ocupación, alrededor de 25 millones.
- ↑ Nombre que la Historia Oficial de México le da a la batalla en que los mexicas o aztecas derrotan a Cortés y les matan a la mitad de la gente. La ideología criolla demuestra que la historia la escriben los vencedores y que México no es un país que responda a su pueblo y cultura propia, sino a la de los conquistadores de ayer y de hoy.