Naufragios/7

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[ fol. ix. ]

Capitulo siete : de la manera que es la tierra.

L

A tierra por la mayor parte desde donde desembarcamos hasta este pueblo y tierra de Apalache es llana, el suelo de arena y tierra firme, por toda ella ay muy grandes arboles y montes claros, donde ay nogales/y laureles/y otros que se llaman liquidambares/cedros/savinas/y encinas/y pinos/y robles/palmitos baxos de la manera de los de Castilla. Por toda ella ay muchas lagunas grandes y pequeñas algunas muy trabajosas de passar, parte por la mucha hondura,[ fol. x. ] parte por tantos arboles como por ellas estan caydos. El suelo dellas es arena : y las que en la comarca de Apalache hallamos son muy mayores que las de hasta alli. Ay en esta provincia muchos maizales : y las casas estan tan esparcidas por el campo de la manera que estan las de los Gelves. Los animales que en ellas vimos son venados de tres maneras/conejos/y liebres/ossos/y leones/y otras salvaginas : entre los quales vimos un animal que trae los hijos en una bolsa que en la barriga tiene : y todo el tiempo que son pequeños los trae alli, hasta que saben buscar de comer : y si acaso estan fuera buscando de comer, y acude gente la madre no huye hasta que los ha recogido en su bolsa. Por alli la tierra es muy fria, tiene muy buenos pastos para ganados : ay aves de muchas maneras : ansares en gran cantidad/patos/anades/patos reales, dorales, y garçotas y garças, perdizes : vimos muchos halcones, neblis, gavilanes esmerejones, y otras muchas aves.

Dos horas despues que llegamos a Palache, los indios que de alli avian huydo vinieron a nosotros de paz, pidiendonos a sus mugeres y hijos : y nosotros se los dimos, salvo que el governador detuvo un Cacique dellos consigo, que fue causa por dondellos fueron escandaliçados : y luego otro dia bolvieron de guerra : y con tanto denuedo y presieça nos acometieron que llegaron a nos poner fuego a las casas en que estavamos : mas como salimos huyeron y acogieronse a las lagunas que tenian muy cerca : y por esto y por los grandes maizales que avia no les podimos hazer daño, salvo a uno que matamos. Otro dia siguiente otros indios de otro pueblo que estava de la otra parte vinieron a nosotros, y acometieron nos de la misma arte que los primeros : y de la mesma manera se escaparon, y tambien murio uno dellos.

Estuvimos en este pueblo veynte y cinco dias en que hezimos tres entradas por la tierra, y hallarnos la muy pobre de gente, y muy mala de andar por los malos passos y montes,y lagunas que tenia.

Preguntamos al Cacique que les aviamos detenido y a los otros indios que trayamos con nosotros que eran vezinos y enemigos dellos, por la manera y poblacion de la tierra y la calidad de la gente, y por los bastimentos y todas las otras cosas della. Respondieron nos cada uno por si, que el mayor pueblo de toda aquella tierra era aquel Apalache : y que adelante avia menos gente, y muy mas pobre que ellos : y que la tierra era mal poblada, y los moradores della muy repartidos : y que yendo adelante avia grandes lagunas y espessura de montes, y grandes desiertos y despoblados. Preguntamos le luego por la tierra que estava hazia el Sur que pueblos y mantenimientos tenia : dixeron que por aquella via yendo a la mar nueve jornadas : avia un pueblo que llamavan Aute, y los indios del tenian mucho maiz, y que tenian frisoles y calabaças, y que por estar tan cerca de la mar alcançavan pescados, y que estos eran amigos suyos.

Nosotros vista la pobreza de la tierra y las malas nuevas que de la poblacion y de todo lo demas nos davan, y como los indios nos hazian continua guerra hiriendonos la gente y los cavallos en los lugares donde yvamos a tomar agua, y esto desde las lagunas, y tan a su salvo que no los podiamos ofender, porque metidos en ellas nos flechavan, y mataron un señor de Tescuco que se llamava don Pedro, que el comissario llevava consigo, acordamos de partir de alli y yr a buscar la mar, y aquel pueblo de Aute que nos avian dicho, y assi nos partimos a cabo de veynte y cinco dias que alli avianos llegado. El primero dia passamos aquellas lagunas y passos sin ver indio ninguno : mas al segundo dia llegamos a una laguna de muy mal passo, porque dava el agua a los pechos, y avia en ella muchos arboles caydos. Ya que estavamos en medio della nos acometieron muchos indios que estavan abscondidos detras de los arboles porque no los viessemos, otros estavan sobre los caydos : y començaron nos a flechar, de manera que nos hirieron muchos hombres y cavallos y nos tomaron la guia que llevavamos antes que de la laguna saliessemos : y despues de salidos della nos tornaron a seguir queriendo[ fol. xj. ] nos estorvar el passo, de manera que no nos aprovechava salirnos a fuera ni hazernos mas fuertes y querer pelear con ellos que se metian luego en la laguna, y desde alli nos herian la gente y cavallos. Visto esto el governador mando a los de cavallo que se apeassen, y les acometiessen a pie. El contador se apeo con ellos, y assi los acometieron : y todos entraron a bueltas en una laguna, y assi les ganamos el passo.

En esta rebuelta huvo algunos de los nuestros heridos, que no les valieron buenas armas que llevavan : y huvo hombres este dia que juraron que avian visto dos robles cada uno dellos tan gruesso como la pierna por baxo passados de parte a parte de las flechas de los indios : y esto no es tanto de maravillar vista la fuerça y maña con que las echan : porque yo mismo vi una flecha en un pie de un alamo que entrava por el un xeme. Quantos indios vimos desde la Florida aqui, todos son flecheros, y como son tan crescidos de cuerpo y andan desnudos, desde lexos parescen gigantes. Es gente a maravilla bien dispuesta, muy enjutos/y de muy grandes fuerças y ligereça. Los arcos que usan son gruessos como el braço, de onze o doze palmos de largo, que flechan a docientos passos con tan gran tiento que ninguna cosa yerran.

Passados que fuymos de este passo, de ay a una legua llegamos a otro de la misma manera : salvo que por ser tan larga que durava media legua era muy peor, este passamos libremente y sin estorvo de indios, que como avian gastado en el primero toda la municion que de flechas tenian, no quedo con que osarnos acometer. Otro dia siguiente passando otro semejante passo, yo halle rastro de gente que yva adelante, y di aviso dello al governador que venia en la retaguarda : y ansi, aun que los indios salieron a nosotros, como yvamos apercebidos no nos pudieron offender. Y salidos a lo llano fueron nos toda via siguiendo, bolvimos a ellos por dos partes, y matamos les dos indios y hirieronme a mi, y dos o tres christianos : por acogersenos al monte no les podimos hazer mas mal ni daño.

Desta suerte caminamos ocho dias : y desde este passo que he contado no salieron mas indios a nosotros hasta una legua adelante, que es lugar donde he dicho que yvamos. Alli yendo nosotros por nuestro camino salieron indios, y sin ser sentidos dieron en la retaguarda : y a los gritos que dio un muchacho de un hidalgo de los que alli yvan, que se llamava Avellaneda : el Avellaneda bolvio, y fue a socorrerlos : y los indios le acertaron con una flecha por el canto de las coraças, y fue tal la herida, que passo casi toda la flecha por el pescueço, y luego alli murio, y lo llevamos hasta Aute.

En nueve dias de camino desde Apalache hasta alli llegamos. Y quando fuymos llegados hallamos toda la gente del yda, y las casas quemadas y mucho maiz/y calabaças/y frisoles, que ya todo estava para empeçarse a coger. Descansamos alli dos dias : y ellos passados, el governador me rogo que fuesse a descubrir la mar, pues los indios dezian que estava tan cerca de alli, ya en este camino la aviamos descubierto por un rio muy grande que en el hallamos, a quien aviamos puesto por nombre el rio de la Magdalena. Visto esto, otro dia siguiente yo me parti a descubrirla juntamente con el comissario, y el capitan Castillo, y Andres Dorantes, y otros siete de cavallo y cinquenta peones, y caminamos hasta hora de visperas que llegamos a un ancon o entrada de la mar, donde hallamos muchos hostiones con que la gente holgo : y dimos muchas gracias a dios por avernos traydo alli.

Otro dia de mañana embie xx [veynte] hombres a que conosciessen la costa y mirassen la disposicion della : los quales bolvieron otro dia en la noche, diziendo que aquellos ancones y bayas eran muy grandes y entravan tanto por la tierra a dentro que estorvavan mucho para descubrir lo que queriamos y que la costa estava muy lexos de alli. Sabidas estas nuevas, y vista la mala dispusicion y aparejo que para descubrir la costa por alli avia, yo me bolvi al governador : y quando llegamos hallamos le enfermo con otros muchos : y la noche passada los indios avian dado en ellos, y puesto los en grandissimo trabajo por la razon de la enfermedad que les avia sobrevenido, tambien les[ fol. xij. ] avian muerto un cavallo. Yo di cuenta de lo que avia hecho y de la mala dispusicion de la tierra. Aquel dia nos detuvimos alli.