Ni vivir quiere que viva...
I
Ni vivir quiere que viva,
ni morir quiere que muera,
ni yo mismo sé qué quiera,
pues cuanto quiero se esquiva;
ni puedo pensar que escoja
mi penado pensamiento,
ni hallo ya quién me acoja
de miedo de mi tormento.
II
Este dolor desigual
rabia mucho por matarme;
por hacerme mayor mal,
Muerte no quiere acabarme.
¿Qué haré? ¿Adónde iré
que me hagan algún bien?
Helo pensado y no sé
cómo ni dónde ni a quién.
III
Y ándome así perdido,
añadiendo pena a pena,
con un deporte fingido
con una alegría ajena;
mas presto se irá de mí,
que conmigo anda penada;
y pues la mía perdí,
perderé la que es prestada.
IV
El menor cuidado mío
es mayor que mil cuidados,
y el remedio que confío
es de los más mal librados;
que será poca mi vida
y presto se cumplirá,
que pena tan sin medida
nunca mucho durará.
V
¡Oh, Señor, que se cumpliese
esto que tanto deseo,
porque yo no poseyese
los dolores que poseo!
Que me puedes socorrer,
con sola muerte me acorre,
que si bien me has de hacer
venga presto y no se engorre.
VI
Sino, si mucho se aluenga,
yo me haré tan usado
a los males, que sostenga
cualquier tormento y cuidado;
pues, Muerte, venid, venid
a mi clamor trabajoso,
y matad y concluid
un hombre tan enojoso.
VII
FIN
Que si a ti sola te place,
pues a mí viene en placer,
según mi culta lo hace,
presto puedo fenecer.