No espanta al sabio ni ha de ser temida
Apariencia
- Soneto XCIX
No espanta al sabio, ni ha de ser temida la muerte que amenazan varios casos, y por la brevedad de nuestros pasos no puede estar muy lejos de la vida. El sueño es una muerte, aunque fingida, que tiene como el sol tantos ocasos; de tierra son nuestros mortales vasos: con poco golpe quedará rompida. La vida fue muy justo que estuviese en esta suspensión, porque en concierto el temor de la muerte nos pusiese. Por eso hizo nos Dios su fin incierto para que mientras más incierto fuese, más cerca nos parezca de ser cierto.