Otoño (Herrera y Reissig)
Apariencia
La druídica pompa de la selva se cubre de una gótica herrumbre de silencio y estragos; y Cibeles esquiva su balsámica ubre, con un hilo de lágrimas en los párpados vagos... Sus cabellos de místico azafrán llora Octubre en los lívidos ojos de muaré de los lagos. Las cigüeñas exodan. Y los búhos aciagos ululúan la mofa de un presagio insalubre... Tras de la cabalgata de metal, las traíllas ladran a las casacas rojas y a las hebillas... El cuerno muge. Todo ríe de austera corte. El abuelo Silencio trémulo se solaza... Y zumba la leyenda ecuestre de la caza en medio de un hierático crepúsculo del Norte.