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Página:Álbum del Santa Lucía.djvu/13

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INTRODUCCION.

DESCRIPCION JENERAL.

I.

Por mas que se haya dicho, el cerro de Santa Lucía llamado Huelen "(dolor)" por los primitivos i supersticiosos habitantes del Mapocho, es i era una verdadera maravilla ántes de darse el primer golpe de azada que lo ha trasformado.

Era una verdadera maravilla natural por su estraordinaria formación jeolójica, evidentemente volcánica i que presenta los mas raros i complicados fenómenos de la ciencia i de la naturaleza, pues ya ostenta reventazones basálticas del mas atrevido carácter, especialmente en su centro i en sus mas altas rocas; ya demuestra su oríjen fluvial, como se ha visto en la meseta que corona la Ermita, por la aglomeración de piedras de rio o de lago, completamente redondeadas por la acción mecánica del agua; ya por sus formaciones de escorias calcinadas, cual se nota en las grutas recientemente abiertas en el Camino del oriente; ya por sus depósitos de arcillas azules, tofas i otras sustancias plásticas de color verde, amarillo o azulado, como las que puso en descubierto el corte del Desfiladero de los Andes, i que se ha empleado desde treinta años atrás en formar el pavimento de la Alameda.

Era una maravilla histórica, por que a su pié se plantó la primera bandera castellana, se dibujó la planta de la primera ciudad europea en el pais i en su cima i en sus ásperas faldas se libró el primer combate entre los conquistadores i los conquistados. Fué el oríjen, la cuna, i el baluarte de Santiago.

Era una maravilla relijiosa porque en realidad el Santa Lucía es por su forma un verdadero altar, digno de ser ofrecido a Dios, como lo imajinaron los jentiles al consagrarle al jenio del Dolor, i como lo reiteraron los cristianos erijiendo en su cima la primera ermita i la primera cruz de la conquista.

Era i es por último una verdadera maravilla urbana, porque en ciudad alguna del mundo encuéntrase un peñón mas atrevido, mas caprichoso, mas importante por su masa de rocas, situadas, como lo decia hace dos siglos uno de los historiadores de Chile, "a cuatro cuadras", es decir, a menos de 500 metros de la plaza principal de la ciudad i en el corazón mismo de ella.

II.

Por consiguiente, la idea de apropiar un sitio tan grandioso a los usos de una gran ciudad cristiana i