clasificación —piénsese en lo emblemático de ello que resulta la numeración de las leyes, iniciativa inaugurada a fines del siglo— y, también, a la belleza, la estética, la pintura y el neoclasicismo europeo, se estableció en el país para quedarse. Asimismo, resultan muy sugerentes los nombres de los periódicos fundados en la época, síntesis del espíritu de las luces: El Ferrocarril, El Porvenir, La Ley, La Libertad Electoral, La Razón, El Precursor, La Nueva República, La Igualdad, entre muchos más. Y en el campo de la institucionalidad y la política, esto queda claramente de manifiesto.
Desde mediados del siglo XIX, el ideario liberal ilustrado se difundió por los sectores dirigentes de la sociedad, a través de un discurso que valoraba la libertad individual, expresada en la libertad de imprenta, la libertad de reunión, la libertad electoral, entre otras. Así también, la institucionalidad se estructuraba sobre la separación de los poderes del Estado, el que, además, se encontraba también reconociendo su envergadura geográfica y asentando su soberanía. Por otra parte, en la segunda mitad del siglo comenzaron a formarse los primeros partidos que darán sustento a la vida política y a la representación parlamentaria. Por cierto que todos estos procesos se llevaron a cabo a través de múltiples expresiones organizativas, formales e informales, públicas y privadas, literarias y jurídicas. Queremos señalar con esto, que el liberalismo republicano ilustrado, tuvo una gran variedad de canales de manifestación, a través de agentes culturales, impresores, viajeros, libreros, pintores, escritores y poetas. Entre tertulias, sociedades de la igualdad, logias masónicas, clubes de la reforma, fueron consolidándose y difundiéndose ideas y valores republicanos y democráticos a través de una generación de jóvenes intelectuales inquietos, ávidos lectores, escritores prolíficos, críticos y disconformes. Destacados representantes de esta generación fueron José Victorino Lastarria, Jacinto Chacón, Eusebio Lillo, Manuel Antonio Matta, Miguel Luis Amunátegui, Diego Barros Arana, Gregorio Víctor Amunátegui, Benjamín Vicuña Mackenna, Joaquín Blest Gana, por nombrar sólo algunos. Un dato. Todos ellos fueron parlamentarios.(11)