Brunet de Baines, el proyecto para el edificio del Congreso Nacional. Una ley dictada para el efecto el 8 de agosto de 1854, destina fondos para su construcción, la que se inicia en 1858 en terrenos que, antes de su expulsión, pertenecieron a los jesuitas. Fue trazada al poniente de la iglesia de la Compañía, aún en pie en esa fecha. El Gobierno encomienda la dirección de las obras al arquitecto, francés también, Lucien Hénault, en reemplazo de Brunet de Baines, fallecido en 1855. Hénault cumple este encargo hasta 1860, año en que se paraliza su construcción por carencia de fondos. A su reanudación, en 1870, la obra es dirigida por el arquitecto de gobierno, Manuel Aldunate; fue concluida en 1876..."(1)
Antes de continuar, resulta ilustrativo observar el estado de las bibliotecas públicas santiaguinas unos doce años antes de haberse creado la primera biblioteca parlamentaria de Chile. Así, Recaredo Tornero destacaba el valor y la riqueza del fondo bibliográfico de la Biblioteca Nacional, fundada en 1813, y que a 1871 ya contaba con unos cuarenta y dos mil textos. Luego puntualizaba sobre esta misma institución:
“He aquí el movimiento de este establecimiento durante el año corrido desde el 1° de abril de 1870 hasta el 1° de abril de 1871.
Han concurrido 4.418 personas; de ellas 686 han leido obras de humanidades, 686 obras de ciencias matemáticas i físicas, 190 de ciencias médicas, 785 de ciencias legales i 172 de ciencias sagradas.
Se han adquirido 3 libros por depósito, 213 por entrega de publicaciones segun la lei de imprenta, 1.240 por obsequio, i 89 por compra.” (2)
Más adelante, Tornero se refiere, en orden de importancia, a la biblioteca del Instituto Nacional con 9,000 volúmenes; la de la Uníversidad (de Chile) con 5.000 volúmenes; la de los Tribunales de justicia, la del Seminario y luego cuatro bibliotecas de iglesias: la de la Recoleta Domínica (unos 18 mil volúmenes escogidos), la de la Merced, la de Santo Domingo y la de la Recoleta Francíscana.
Este trabajo se inició haciendo referencia al fundador de a Biblioteca, el diputado don Pedro Montt M. (1849-1910). Cabe precisar que quien más tarde llegara a ser Presidente de la República, recibió una esmerada y exigente educación marcada por destacados maestros del Instituto Nacional, por las enseñanzas de su propio padre, el ex Presidente de la República don Manuel Montt Torres (1851-1861) y por los consejos del gran amigo del mandatario, don Antonio Varas de la Barra. Así también, tanto Manuel Montt como Antonio Varas fueron