Página:13 Cartas del Famoso Conquistador Hernán Cortés.pdf/628

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que tenia para poder ir conmigo, y hallé hasta cuarenta españoles, aunque no todos muy sueltos, pero todos podian servir para quedar en guarda de los navíos cuando yo saltase en tierra; y con esta y con hasta, cincuenta indios que conmigo habian quedado de los de México, me metí en el bergantin que ya tenia acabado y en dos barcas y en cuatro canoas, y dejé en aquel pueblo un despensero, mio que tuviese cargo de dar de comer á aquellos enfermos que allí quedaban; y así, seguí mi camino del rio arriba con harto trabajo, por la gran corriente dél, y en dos noches y un dia salí al primero de los dos golfos que arriba se hacen, que está hasta tres leguas de donde partí; el cual cogerá doce leguas, y en todo este golfo no hay poblacion alguna, porque en torno dél es todo anegado; y navegué un dia, por esto golfo hasta llegar á otra angostura que el rio hizo, y entré por ella, y otro dia por la mañana llegué al otro golfo, que era la cosa la cosa hermosa del inundo de ver que entre las mas ásperas y agrias sierras que puede ser estaba una mar tan grande que coja una de treinta leguas, una mar tan grande que coja una de treinta leguas, y fuí por la una costa del, hasta que ya casi noche se halló una entrada de camino, y á dos tercios de legua fuí á dar en un pueblo, donde, según pares- legua fuí á dar en un pueblo, donde, según paresció, habia sido sentido, y estaba todo despoblado y sin cosa ninguna; hallamos en el campo mucho maíz verde; y así que comimos aquella noche y otro dia de mañana, viendo que de allí no nos podiramos po-