Como el feliz destello de alegría
Que ilumina la noche de un dolor...
Yo te bendigo, sí, porque parece
Tu luz una febril constelación
Cuando en los cirios del altar se mece;
Reminiscencia de astros, que enaltece
A los que sueñan con la azul mansión.
Yo te bendigo, porque das belleza
Al espíritu noble y soñador,
Cuando en la noche vierte su tristeza
Allá en los cielos, la lilial princesa,
La princesa del trágico dolor...
Fuego—luz que palpitas en la altura
Y bajas a la tierra desde el Sol;
Que conservas la vida, la hermosura
Y el esplendor supremo de Natura
Bañada por tu mágico arrebol;
Yo te bendigo, sí, porque comprendo
La excelsitud de tu poder creador;
Yo te bendigo por tu rol tremendo!...
... Y por un rayo luminoso asciendo
Hasta el solio divino del Señor.
... Y pienso en el horror de una posible
Sempiterna tiniebla sin calor...
Página:Abella Caprile Nieve.djvu/26
Apariencia
Esta página ha sido validada
— 26 —