de colores menos vivos, hasta que la corona y los arcos luminosos se disuelven, no viéndose ya en la bóveda celeste sino algunas estensas manchas nebulosas inmóviles, pálidas ó de color ceniciento, que al cabo desaparecen, si bien persisten aun durante algun tiempo en el horizonte los vestigios del segmento oscuro por donde la aparicion tuvo principio. Por último, de todo este magnífico espectáculo no queda generalmente mas que una débil nube blanquecina, de recortados bordes, ó dividida en pequeñas porciones como los cirro cumuli,
La relacion que al parecer existe entre la luz polar y la aparicion de cierta especie de nubes, nos enseña que la produccion de la luz electro-magnética es una simple fase de un fenómeno meteorológico, cual si el magnetismo terrestre obrase sobre la atmósfera condensando los vapores que en ella se encuentran disueltos. Thieneman llegó hasta creer que estas nubes aborregadas eran el substratum de la luz polar, y sus observaciones de Islandia han sido plenamente confirmadas por las mas recientes de Franklin y Richardson en el polo Norte americano, y por las del almirante Wrangel en las costas sibéricas del mar Glacial. Todos han afirmado que «la luz polar emitia sus rayos mas vivos, cuando las altas regiones del aire contenian grupos de cirro strati bastante tenues y muy ligeros para dar nacimiento á un cerco alrededor de la Luna.» A las veces se agrupan y se colocan las nubes en pleno dia, como los rayos de una aurora boreal con corta diferencia, y entonces producen perturbacion en la aguja imantada. Despues de una brillante aurora boreal, se han reconocido á la mañana siguiente regueros de nubes que durante la noche semejaban otros tantos rayos luminosos (73). Algunas fajas polares ó convergentes, es decir, grupos de nubes dispuestas en el sentido del meridiano magnético, han fijado mi atencion en muchas ocasiones durante mi viaje á Méjico y al Asia Septentrional. Ne-