nuestra patria, el basalto, inyectado por estrechas aberturas, ha atravesado el asperon abigarrado y la grauwacka, semejante á una columna con su chapitel, se ha ensanchado en forma de copa, dividida su masa ya en láminas delgadas, ó bien en agrupadas columnas. No sucede lo mismo con el granito, la sienita, el cuarzo aporfirado, la serpentina, y toda la série entera de estas rocas no estratificadas, de testura maciza, á las cuales se ha dado el nombre de rocas plutónicas, por predileccion hácia una nomenclatura sacada de la mitología. Escepto algunos raros filones, todas estas rocas han surgido en el estado pastoso, y no en el de fusion completa; no por estrechas hendiduras, sino por anchas fallas como valles, y por gargantas de gran estension, empujadas de abajo á arriba, y no por inyeccion como los líquidos; no formando corrientes estrechas como la lava, sino masas poderosas (60). Algunos grupos de dolerita y de traquito parecen haber tenido el mismo grado de fluidez que el basalto, al paso que otros grupos que se elevan en masas considerables, bajo la forma de campanas ó cúpulas sin cráteres, han surgido en estado de simple reblandecimiento. Ciertos traquitos están dispuestos por lechos, como el granito y el pórfiro cuarzoso: tales son los traquitos de la cordillera de los Andes, cuya sorprendente analogía con los pórfiros de pasta de grunstein y de sienita (argentíferos y desprovistos por lo tanto de cuarzos), he tenido ocasion de notar diferentes veces.
Estudiando directamente las modificaciones que el calor imprime al tejido y á las propiedades químicas de las rocas (61), se ha visto que las masas volcánicas (la diorita, el pórfiro augítico, el basalto y la lava del Etna) fundidas y despues enfriadas, forman un vidrio negro que se fracciona de una manera homogénea si el enfriamiento ha sido rápido, y una masa pétrea de estructura granular ó cristalina si el enfriamiento se ha verificado con lentitud; en cu-