mica del aire, de las variaciones que esperimenta su diafanidad, su coloracion, y la manera con que polariza la luz; y nacen de los cambios de densidad ó de presion, de temperatura, de humedad y de tension eléctrica. El aire, además de contener el oxíjeno que es el primer elemento de la vida animal, posee otro atributo no menos importante, cual es el de servir de conductor al sonido, y serlo por consiguiente del lenguaje, ideas y relaciones, sociales para los pueblos. Si el globo terrestre careciera de atmósfera como nuestra Luna, no seria mas que un desierto silencioso.
Desde principios de este siglo, la proporcion de los elementos que forman las capas accesibles del aire ha sido objeto de contínuas investigaciones, en las cuales hemos tomado una parte muy activa Gay-Lussac y yo. La análisis química de la atmósfera ha llegado en estos últimos tiempos á un alto grado de perfeccion, merced á los escelentes trabajos que Dumas y Boussingault han hecho con arreglo á nuevos métodos de mayor exactitud. Segun dicha análisis, el aire seco contiene en volúmen 20,8 de oxígeno y 79,2 de ázoe; y además, de 2 á 5 diez milésimas de ácido carbónico, menor cantidad aun de gas hidrógeno (75), y, segun las importantes investigaciones de Saussure y de Liebig, algunos vestigios de vapores amoniacales, que suministran á las plantas el ázoe en ellas encerrado (76). Algunas observaciones de Lewy nos inducen á creer que la proporcion de oxígeno varia algo segun las estaciones, y segun que el aire se recoja del interior de los continentes ó de la atmósfera del mar; y en efecto, si la inmensa cantidad de organizaciones animales que alimenta el mar puede hacer que varie la proporcion del oxígeno en el agua, compréndese que debe resultar de aquí una alteracion correspondiente en las capas de aire próximas á la superficie (77). El aire recogido por Martins en el Faul-horn á 2,762 metros de altura no era menos rico en oxígeno que el aire de París (78).