dia someter inmensas séries de hechos, en apariencia aislados, á leyes empíricas espresadas numéricamente, y poner de manifiesto su recíproca dependencia.
Los alisios (vientos del Este de la zona tropical), producen remolinos ó contra-corrientes que imprimen la direccion Oeste ú Oeste-Sud-Oeste á los vientos reinantes de las dos zonas templadas; son, pues, estos últimos vientos, terrales relativamente á una costa oriental, y vientos marítimos respecto de una costa occidental. Ahora bien; no siendo la superficie del mar tan susceptible de enfriarse como la de los continentes á causa de la enorme masa de las aguas y de la precipitacion inmediata de las partículas enfriadas, resulta de aquí que las costas occidentales deben ser mas cálidas que las costas orientales, siempre que no venga á modificar su temperatura alguna corriente oceánica. Esta diferencia fue señalada la primera vez por un jóven compañero de Cook, el ingenioso Jorge Forster, que ha contribuido de una manera tan eficaz á alimentar en mí el gusto por las espediciones lejanas. Otro tanto sucede con la analogía que existe respecto de la temperatura, entre la costa occidental de la América del Norte, bajo las latitudes medias, y la costa occidental de Europa (91).
Aun en las regiones del Norte se nota una sorprendente diferencia entre las temperaturas medias anuales de las costas orientales y la de las costas occidentales de America. En Nain, en el Labrador (lat. 57° 10'), es la temperatura de 3°, 8 bajo 0°: mientras que es todavía de 6°, 9 sobre 0° en Neu-Archangelsk, en la costa Noroeste de la América rusa. La temperatura media del estío es apenas de 6°, 2 en el primer lugar, y de 13°, 8 en el segundo. Pekin (39° 54') en la costa oriental del Asia, posee una temperatura media anual (11° 3) menor que la de Nápoles, que no obstante está situado algo mas al Norte: la diferencia escede de 5°. La temperatura media del invierno en Pekin es, por lo me-