^(99) Pág. 197.— Bischof, obra citada p. 324. nota 2.
^(100) Pág. 198.— Humboldt, Asie centrale t. I, p. 43.
^(1) Pág 198—Acerca de la teoría de las líneas isógetermas (chthoni sothermes) véanse los ingeniosos trabajos de Kupffer en los Annalen de Poggend. t. XV, p. 184, y t. XXXII, p. 270; en el Voyage dans l' Oural, p. 382-398; y en l' Edinb. Journal of Sciences new series, t. IV, p, 335. Cf. Kæmtz Lehrhuch der Meteorologie t. II. p. 217; y acerca de la elevacion de las chthonisothermas en el país de las montañas, Bischof, p. 174-198.
^(2) Pág. 198.— Leopoldo de Buch, en los Annalen de Poggend. t. XIL p. 405.
^(3) Pág. 198.— La temperatura de las gotas de lluvia habia bajado á 22° 3, cuando la temperatura del aire era de 30 á 31° algunos momentos antes; durante la lluvia la temperatura atmosférica era de 23°. 4; véase mi Relat. hist. t. II, p. 22. La temperatura inicial de las gotas de lluvia depende de la altura de la capa nebulosa y del grado de calor que los rayos del sol han transmitido á la cara superior de esta capa; pero esta temperatura cambia durante la caida. Cuando las gotas de lluvia empiezan á formarse, su temperatura es superior á la del medio próximo, á causa del calórico latente que llega á ser libre; luego, al caer, atraviesan capas de aire mas bajas y mas calientes, donde crecen su temperatura y tambien su volúmen, por la condensacion del vapor de agua contenido en las capas; (Bischof Wärmelehere des inn. Erdkörpers, p. 73); pero este crecimiento de temperatura está compensado con la pérdida de calórico que entraña la evaporacion de las mismas gotas. Si se prescinde de la electricidad magnética, cuyos efectos se hacen probablemente sentir en las lluvias de tempestad, puede atribuirse el enfriamiento de la atmósfera durante la lluvia, primero á la temperatura inicial mas pequeña que han adquirido las gotas en las altas regiones, luego, al aire frio de las capas superiores que arrastran consigo; y por último, á la evaporacion que se establece sobre el suelo humedecido. Tal es, en efecto, la marcha ordinaria del fenómeno. Pero en ciertos casos raros las gotas de lluvia son mas calientes que el aire próximo al suelo (Humboldt, Relat hist., t. III, p. 513), lo que dimana tal vez de la presencia de corrientes de aire caliente en las altas regiones ó de la temperatura elevada que la insolacion puede desarrollar en las capas de nubes muy estendidas y poco espesas. Añadiremos que Arago ha demostrado, en el Annuaire para 1836, p. 300, como se unen la magnitud y el crecimiento de volúmen de las gotas de lluvia, al fenómeno de los arcos suplementarios del arco iris, que se han esplicado por la interferencia de rayos luminosos; esta sabia discusion ha hecho