mares es tanto mas alto ó bajo que el otro segun las horas de sus respectivas mareas. Ahora bien, como la nivelacion ha sido efectuada sobre una línea de 12 miriámetros, empleando 933 veces el nivel, y en otros tantos apostaderos, es fácil comprender que el error, si le hay, en el resultado final, no puede pasar de 1 metro, debiendo considerarse este resultado como una nueva prueba del equilibrio de las aguas que se comunican hácia el cabo Horn (Arago, Annuaire du Bureau des Longitudes para 1831, p. 319). Creí reconocer ya en 1799 y 1804 por mis observaciones barométricas, que si existia una diferencia entre el nivel del mar del Sud, y el del mar de las Antillas, esta diferencia no podia pasar de 3 metros. Véase mi Relat. Hist., t. III, p. 555-557 y los Annales de Chimie, t. I, p. 55-64. Las medidas que dan un esceso de altura á las aguas del golfo de Méjico, y á las de la parte septentrional del mar Adriático (combinando las operaciones trigonométricas de Delcros y de Choppin con las de los ingenieros suizos y austríacos) no merecen gran confianza en este punto. A pesar de la forma del mar Adriático es harto inverosímil que el nivel de la parte septentrional esté 8 m., 4 mas alto que el nivel del mediterráneo en Marsella y 7 m., 6 mas que el Océano Atlántico. Véase mi Asie Centrale, t. II, p, 332.
^(67) Pág. 287.—Bessel, über Fluth und Ebbe, en el Jahrbuch de Schumacher para 1838, p. 225.
^(68) Pág. 288.—La densidad del agua del mar depende á la vez de la temperatura y del grado de salazon; elemento en que no se ha fijado bastante la atencion al investigar las causas que producen las corrientes. La corriente sub-marina que trae hácia el ecuador las aguas frías de las regiones circumpolares, seguiria una direccion diametralmente opuesta, iria del ecuador á los polos, si las diferencias de salazon obrasen solas. Bajo este punto de vista la distribucion geográfica de la temperatura, y de la densidad de las aguas del mar, es de una alta importancia. Las numerosas observaciones de Lenz (Poggend. annalen,, t. XX, 1830, p. 129), y las que se han recogido durante los viajes del capitán Beechey (Voyage to the Pacific, t. II, p. 727), merecen una atencion particular. Cf. Humboldt, Relat. hist., t. I, p. 74, y Asie centrale, t. III, p. 356.
^(69) Pág. 289.—Humboldt, Relat. hist., t. I, p. 64, Nouvelles Annales des Voyages, 1839, p. 255.
^(70) Pág. 289.—Humboldt, Examen crit. de l'Hist. de la Géogr., t. III, p. 100. Colon añade: «En ninguna parte es mas fuerte este movimiento que en el mar de las Antillas,» (Navarrete, Coleccion de los viajes y descubrimientos de los Españoles, t. I, p. 260). Y en efecto, Rennell llama á esta re-