Página:Alexander von Humboldt - Cosmos - Tomo II.djvu/156

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 148 —

rollaron por sí mismas en virtud de las nuevas relaciones, como acontece siempre bajo la presion de acontecimientos graves y complicados. Cuandorecordamos que desde la batalla del Granico hasta la invasion destructorade los Sacios y de los Tocaros en Bactriana, no trascurrieron mas que cincuenta y dos olimpiadas, nos admira la mágica seduccion que ejerció la civilizacion griega importada del Occidente, y las profundas raices que echó en tan corto tiempo. Confundida esta civilizacion con la ciencia de los Arabes, de los Neo-Persas v de los Indios, ha prolongado su influencia hasta la edad media, de tal suerte, que por lo comun no se puede distinguir con certeza lo que pertenece á la literatura griega, de lo que; habiendo quedado puro de toda mezcla, debe referirse al genio propio de las poblaciones asláticas.

El principiode la centralización y de la unidad, ó, mas bien, el sentimiento de las saludables consecuencias de este principio aplicado al órden político, estaba profundamente impreso en el espíritu del atrevido conquistador, como lo prueban todas sus instituciones gubernamentales. Mucho tiempo hacia ya que su maestro le habia hecho penetrarse de la escelencia de aquel régimen, aun para la Grecia. la la Política de Aristóteles se lee lo siguiente: «Los pueblos asiáticos no carecen de actividad intelectual ni de habilidad para las artes, y sin embargo, viven cobardemente en la dependencia y en la servidumbre, mientras que los Griegos, vivos y robustos, libres, y por lo mismo bien gobernados, con que estuvieran reunidos en un solo Estado, serian capaces de someter á todos los bárbaros (76).» El Estagirita escribia estas palabras antes que pasara Alejandro el Granico (17) Los preceptos del maestro, aunque fuesen mal interpretados al aplicarlos á la monarquía absoluta (xasóxorAia) que él Juzgaba contraria á la naturaleza, causaron indudablemente una impresion mas viva al conquistador que las narraciones