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que, como ha dicho con razon Robertson, estaba en los destinos de lahumanidad que el nuevo continente fuese conocidode los navegantes europeosantes de finalizar el siglo XV.

Entre los rasgos característicos de Cristóbal Colon, merecen señalarse sobre todos la penetracion y la seguridad del golpe de vista con el cual, aunque falto de instruccion y estraño á la física y 4 las ciencias naturales, abarcó y combinó los fenómenos del mundo esterior. A su llegada á un nuevo mundo y un nuevo cielo (72)» observó atentamente la configuracion de las comarcas, la fisonomía de las formas vegetales, las costumbres de los animales, la distribucion del calor y las variaciones del magnetismo terrestre. Esforzándose sobre todo en descubrir las especias.de la India y el ruibarbo (ruibarba), célebre ya por los médicos árabes y judíos, por Rubruquis y los viajeros italianos, y observando con un escrupuloso cuidado las raices, los frutos y las hojas de las plantas. Llamados á consignar cuanto contribuyó la gran época de las espediciones marítimas, á ensanchar las miras sobre la Naturaleza, nos con sideramos felices con poder referir nuestra narracion á la individualidad de un grande hombre, dándola con ello mayor vida. En el Diario maritimo de Colon y en sus relaciones de viaje públicadas por primera vez desde 1825 á 1829, se encuentran planteadas ya todas las cuestiones hácia las cuales se dirigió la actividad científica en la última mitad del siglo XV y durante todo el XVI.

Basta recordar de un modo general lo que ganó la geografía del hemisferio occidental con las conquistas realizadas en el espacio, desde el momento en que el infante don Enrique el Navegante, retirado á su dominio de Terca naval en la bahía de Sagres, echaba sus primeros planes de descubrimientos, hasta las espediciones de Graetano y de Cabrillo en el mar del Sud. Las aventuradas empresas de los Portugueses, de los Españoles y de los Ingleses, acreditan que se