lo acredita el principio de la dedicatoria, la carta de Lysis á Miparco, en la gue se revela la aficion que la antigua escuela itálica tenia por el misterio, y el cuidado que ponia en ocultar sus opiniones á todos los que no "eran sus amigos, que fué en un principio el proyecto de Copérnico. La edad de Lysis es bastante incierta: unas veces se le cita como discipulo inmediato de Pitágoras, otras y esto es lo mas verosímil, como maestro de Epaminondas. Véase Boeckh. Philolaos, p. 8-13. La carta de Lysis ¿Hiparco, antiguo pitagórico que habia divulgado los secretos de la Asocia-cion, ha sido como muchos escrilos del mismo género, escrita posterior mente por un falsario. Copérnico tomú sin duda conocimiento de ella es la coleccion de Alde-Manucio, Epistole diversorum Philosophorum, Roma. 1494, ó en una traduccion latina del cardenal Bessarion (Venecia, 1516). El decreto célebre de la «Congregazione de 11* Indice» de $ de marzo de 1616, que lanza el entredicho contra el libro de Copérnico, de Revoluticnibus. designa el nuevo sistema en los términos siguientes: «Falsa Nla loctrina Pythago rica Divine Scripturse omino adversans.» El pasaje importante acerca de Aristarco de Samos, de que he hablado en el testo. forma parte del Arenarius (p. 449 de la edic, de Arquimedes, publicada en Paris en 1613 por David Rivaltus.) La primera edicion del mismo autor apareció en Basilea en 1544, en la imprenta de J. Hervagio. Se lice espresamente en el Arenaríus que «Aristareo ha contradicho á los fiivsofos que se representan la Tierra como inmóvil en medio del Mundo afirmando que el Sol ocupa el punto central y está inmóvil como las de mas estreilas, mientras la tierra gira 4 su alrededor.» Aristarco es citado los veces en la obra de Copérnico (69 b. y 79), sin decir nada que se refiera á su sistema. Ideler se pregunta si Copérnico conoció el tratado de Nicolás de Cusa de docta Ignorantia. Véase el Museum der Alterthums wissenschaft, publicado por Wolf y Buttmann. t. IT, 1808, p. 452. La primera edicion del de docta Ignorantia es ciertamente de 1514; y las palabras: «jam nobis manifestum est terram in veritate moveris» hubiesen debido, en labios de un cardenal platónico, hacer alguna impresion en el canónigo de Frauemburgo. Véase Whewell, Philosophy of the inductive sciences, t. IM, p. 343. Pero un fragmento de mano de Cusa, recientemente encontrado por Clemens en 1813, en la biblioteca del hospital de Cues. prueba claramente, como el capitulo 28 del tratado de Venativne sapientic, que Cusa se representaba la Tierra, no girando alrededor del Sol, sino girando con él, aunque mas lentamente, alrededor del polo del Mundo incesantemente variable. Véase Clemens, Giordano Bruno und Nical. von Fusa, 1817, p. 95-100.
(34) Pág. 302.—Véase sobre este asunto una profunda discusion en Th. H. Martin, Efudes sur le Timee, t. 11, p. 111. (Cosmographie des Egip tiens), y p. 129-133 (Antecedents du Systeme de Copernic.) La opinion de este TOMO UL