acompañandole al despertar, y ayudándole á sostenerlo por detrás, hasta llegar á la balanza. Como la Caá-Yarí es invisible para todos, menos para él, se sube sobre el rairo, aumentando así su peso, al entregarlo. De esta manera la ganancia del minero es mayor, pues trabaja á tanto la arroba.
Pero, pobre del minero que le sea infiel con otra mujer! La Caá-Yarí despechada no perdona, mata.
Y cuando algun minero guapo muere en los yerbales de cualquier enfermedad, si él ha sido de carácter taciturno, por compañeros se susurran al oido: Traicionó á la Caá-Yarír La Caá-Yarí se ha vengado[1]!
Esta leyenda, mezcla de profano y de sagrado, salta á la vista que, en su origen, no debió ser así, pues la primera parte ha de haber sido agregada posteriormente.
El bosque se presta para las leyendaş, y raros son los países en que abunda, que no posean algunas, y hasta una misma se modifica muchas veces de provincia en provincia, como, por ejemplo, esta de la Caá-Yarí, que en el Brasil toma el nombre de Caá-Pora, que sin variar el nombre, sufre modificaciones considerables, según las distintas regiones.
- ↑ Inútil es decir que el que tiene pacto con la Caá-Yarí, guarda el más profundo secreto.
HAMLET
Allá vá..... mudo y triste en la suprema Luis G. Urbina. |