La concordancia en estos esperimentos, demuestra harto visiblemente la importancia de la entrada de la sangre para el entretenimiento de las contracciones del corazon; en ellos se han empleado tres diversos métodos que han conducido todos al fin deseado; el mejor de ellos, es, sin embargo, el de quemar los vasos, porque con él no hay necesidad de sacudir tanto al embrion; el menos recomendable es el de comprimir esos vasos, pues no se puede ejecutar sin destruirlos, pudiendo evitarse quemando ó cortándolos. La contraccion de los vasos por medio de la exitacion eléctrica que introduce en ellos el tétano, como ya antes de ahora lo ha observado el profesor Preyer, y que puede llegar hasta cerrarlos por completo, podria quizá tambien producir la inmovilidad sin aquella destruccion, siempre que la exitacion se aplicase simultáneamente sobre varios puntos.
Además del esperimento descrito habla en favor de mi opinion enunciada al principio, la manera como se opera cada contraccion aislada. C. E. von Baer observa en su obra ya citada: Diese Bewegungen hatlen ganz das Ansehen, als ob die Aufnahme des Blutes in das Herz das Primäre, die Austossung desselben das Secundäre sei. [1] Exactamente la misma impresion produjeron en mí las pulsaciones, aún antes de que conociera la opinion de Baer y ello es notable, sobre todo en huevos que se encuentran en los primeros períodos y en aquellos que están próximos á la muerte; en ellos la diástole se prolonga extraordinariamente y el corazon se llena mucho mas que de ordinario, antes de que se produzca una contraccion.
§ V
Paréceme indudable que tambien las primeras contracciones en el huevo fecundado y caliente se resuelven por la entrada de la sangre en el corazon. El pollo ocupa el lugar mas alto en el huevo, ó sea, aquel que se encuentra mas distante de la base de éste; por estar el pollo muy cercano á la cáscara tiene describir una curva dextro-convexa ó reciprocamente sinistro-convexa, además de las curvas de la cola y la cervical; de esta manera el corazon, que ocupa la parte media del cuerpo, viene á quedar en el lugar mas alto en el huevo. (Sobre la posicion del embrion en el huevo, no he encontrado dato alguno en las obras que he consultado, sea porque se la considere siempre la nisma, sea porque por juzgarla poco esencial, no se la haya creido digna de atencion; de 50 huevos, incubados durante 70 á 120 horas y cuyo estudio anoté especialmente para el caso, encontré 46 en que la posicion del embrion era tal, que cuando el huevo se encontraba con el estremo obtuso á mi izquierda y la punta á mi derecha, venia á quedar aquel con la parte dorsal hácia la izquierda y la cola vuelta hácia mi; en tres de los huevos estaba el embrion con la espalda vuelta á la derecha
- ↑ Estos movimientos tenian una apariencia tal, como si la entrada de la sangre en el corazon constituyese lo primario y su espulsion lo secundario.