138 ANTOLOGÍA DE LA POESÍA FEMENINA ARGENTINA
¿De qué abismo de sombras en que siempre me pierdo, y a través de qué nieblas llega a mí este recuerdo? ¿Lo he soñado hace mucho? ¿Lo he vivido en la infancia, cuando todo era albura, claridad y fragancia?
¿Fué el engaño del ángel luminoso y profundo
a las almas que dudan en bajar a este mundo?...
Yo lo sé: mas el cielo que una vez fuera mio, me ha dejado un inmenso, doloroso vacío...
BALADA
Soñé que una mano fría
tras la puerta se ocultaba... Que una tímida bujía
mis insomnios alumbraba... Que su luz palidecía
bajo un soplo que pasaba... Que la puerta se entreabría, que la mano la empujaba... Temí ver quién me quería, temí ver quién me buscaba... Y la mano, fría, fría,
a mi puerta se aferraba... Quise ver si la vencía
con mi brazo que temblaba... Locamente, en agonía, locamente, la empujaba. .. Mas la puerta no cedía... Mas la puerta no cerraba... Y escuché una voz tardía que de lejos me llegaba,
y esa voz me repetía
con acento que me helaba: —;¡Llorarás, muchacha, un día, con el llanto que no acaba, por cerrar tu puerta impía
a la Muerte que pasaba!