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ANTOLOGÍA DE LA POESÍA FEMENINA ARGENTINA
Todos los días, de mi amante labio La primera palabra es para Dios; Fuente divina en que las almas beben El néctar de la santa redención.
Al esparcir la noche sus tinieblas Mi postrer pensamiento es para Dios. De hinojos ante el ara me prosterno, Medito en el dolor de su pasión; ¡Y sueño con la gloria prometida Al que amando su ley, mucho sufrió!
¡TODO NO MUERE!
Volverás en la verde primavera
A cubrirte de flores, mi rosal,
Y otra vez tus espinas punzadoras, Mis manos herirán;
Pero aquellos pimpollos entreabiertos,
Que en mi pecho solía colocar,
Y regar con el llanto de la dicha, ¡Esos... no volverán!
Volverán a la luz de la alborada
Las palomas su arrullo a modular,
Y extendiendo sus alas presurosas De mi se alejarán,
Pero aquellas palomas que al mirarme
Sus alas agitaban sin cesar,
Ansiosas del calor de mi regazo, ¡Esas... no volverán!
Volverán en la bóveda celeste,
Las estrellas su luz a derramar;
Y de pronto, entre nubes, fugitivas, Su luz ocultarán,