SILVIA FERNÁNDEZ
Con su sombra nos guardan
Del bochorno de Enero,
Y, preciosos paraguas, nos resguardan De imprevisto aguacero.
Los árboles, aquéllos
Que Dios ha designado,
¡Cómo preparan en sus frutos bellos Nuestro mejor bocado!
Los árboles son todos
Para el hombre, ¿en los mares.
En la tierra, en los aires. de mil modos, No son sus auxiliares?
Mas ¡ay! que es harta pena
Pensar que se les hiere,
Que a muerte, sin piedad se les condena, Porque el hombre lo quiere.
Que, derribados, luego
Ni sus rastros se notan,
Y pasan a ser leña para el fuego. Que los hombres explotan...
¡Arboles generosos!
Yo quiero contemplaros
Erguidos, florecientes y frondosos. Y así quiero admiraros.
Amigos, siempre iguales,
Sois mi blando recreo
Cuando en las bellas tardes estivales Por el parque paseo.