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ANA ROSA SERRANO REDONNET
Desde pequeñita, fuí tu compañera...
¡Cuántas veces, cuántas entrando en tu pieza, te encontré rezando con una fe inmensa...
¡Yo sé que pedías mucho por tu nieta!...
Abuelita mía,
abuelita buena...
Yo sufría mucho
al verte tan vieja... ¡tú me defendías,
tú me comprendías!... hasta que te has ido... tan llena de achaques, viejita y enferma...
Así, como en sueños viene a mi cabeza, el dulce recuerdo que nunca se borra de mi mente inquieta... ... cuando me vestías... ... cuando me peinabas... ¡llena de ternura, de ternura Jlena!... ¿Te acuerdas abuela?...
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