EDELINA SOTO Y CALVO 443
AMEMOS
¡Vamos a Éll Y en la empinada cuesta Se yerga el alma altiva y soberana.
¿A qué añorar la luz de la mañana
Si la tarde al caer está de fiesta?
¿Si cantan en la mística floresta
Todas las aves con su voz galana;
Si nada turba esta emoción arcana
En que silente aguardo su respuesta? ¡Escucho! La ternura de su acento Llena mi oido de inefable encanto... Mas ¡ay! Se agolpa a mi pupila el llanto Revelador del cruel remordimiento
De aquella deserción que lloro tanto ¡Hoy que revive en mí su fuego santo!
LA VOZ AMADA
Hay horas en que el alma recogida
Oye la voz del celestial concierto Como un llamado hacia el sereno puerto De permanente, venturosa vida...
Tiende sus alas y a planear convida En aire carismal... Y aun el desierto Llena del corazón que estaba yerto La voz amada en su canción querida.
Y es que algún ángel puro pidió cantos, Y en el timbrar del ritmo en que subimos Con alas de alegrías y de llantos
Paseamos el son que producimos: Y empapados de místicos encantos Sólo la vida del Señor vivimos.