EMILIA BERTOLÉ 95
PAZ
¡Oh, estas noches, hermana, estas noches tranquilas en que la casa toda respira santa paz!
Tú entregada a tus arduos problemas de gramática, yo soñando, soñando, sin poder estudiar...
Y en la cercana alcoba las voces bienamadas comentando un lejano suceso familiar!
Inclinada tu negra cabecita estudiosa, combinas con trabajo un verbo y otro más, mientras te ruborizas como una colegiala tímida, si te dicen que el deber está mal.
¡Oh, si tu buen maestro, con seriedad sajona, te pide que conjugues el dulce verbo “1 love”.
¡Oh, estas noches, hermana, estas noches tranquilas en que la casa toda se embalsama de paz!
ANTE UNA MUERTA JOVEN
Me acerco a la muerta, a la muerta joven que tiene las pálidas manitas cruzadas
y a lo largo del cuerpo caídas las trenzas como dos inmóviles serpientes doradas.
Su carita exangie
se afina, se alarga,
se ve toda en hondas
ojeras moradas;
y los labios mustios que fueron cual rojas pulpas de granada se entreabren apenas en una sonrisa
inefable, extraña...