Aires. Pero estos trabajos, a pesar de lo que recomiendan á quien en tan corta edad los emprendió y realizó, no son sus timbres ni la prenda de la duración de su memoria. Unas cuantas composiciones poéticas escritas con arte, y sentidas con toda la verdad de que es capaz el corazón, son las hojas de la corona de su fama. Cuando se conocieron por primera vez en Montevideo (en 1833) esas composiciones, escribió sobre ellas D. Florencio Varela un articulo publicado en el número 8 del Iniciador, del cual tomamos las siguientes palabras: "D. Florencio Balcarce aparece ahora en la escena literaria para ocupar después un lugar muy distinguido entre los poetas argentinos. Cuenta apenas 25 años, y seria una injusticia no reconocerle ya acreedor á aquel titulo tan difícil de merecer. En las dos únicas composiciones suyas que hemos tenido la fortuna de ver, (la Partida, y la canción á las hijas del Plata) se descubren ya todas las dotes del verdadero poeta: corazón muy sensible, imaginación ardiente, inspiraciones elevadas, abundancia y propiedad de imágenes, colores naturales, animados, vivísimos, gala de dicción, pureza de lenguaje, y un estilo lleno de lozanía y de soltura capaz de prestarse todas las entonaciones.»
El noble entusiasmo del distinguido critico no le cegaba al espresarse así. Es imposible pensar de