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Página:Apuntes para la historia de Marruecos.djvu/175

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HISTORIA DE MARRUECOS

bitantes. Abu-Safra quiso ejercer ai principio su autoridad con energía, y mandó degollar á un herrero apellidado Baiz, que era el que acaudillaba á los tetuaníes, y hacía de autoridad allí desde que quedó la rebelión triunfante. Resistiéronse osadamente los tetuaníes, y Abu-Safra se convino á vivir en paz con ellos, con tal que le pagasen un sueldo crecido.

Entretanto el desposeído alcaide Ahmed, favorecido por el Dzahebi, ya descontento de Abu-Safra, se presentó con un cuerpo de tropas que había reunido á su costa delante de Tetuán, arrolló fácilmente á los habitantes que quisieron disputarle la entrada, y entregó las casas al saqueo. De aquí provino su ruina, porque los tetuaníes, desesperados y viendo dispersos á sus enemigos, cayeron sobre ellos desde los terrados de las casas y las angosturas y pasadizos de las calles, y volvieron á echar de la ciudad á los vencedores. En seguida construyeron barricadas, y las guarnecieron con diez y seis cañones que tenían en sus fortificaciones, y de que no habían sabido apoderarse aún los enemigos, con lo cual el pusilánime Ahmed, que había presenciado todos aquellos sucesos desde las alturas vecinas, sin atreverse á entrar en la ciudad, se retiró, renunciando á recobrar su gobierno por fuerza. Abu-Safra en el ínterin había huido de Tetuán, y el sultán Muley Ahmed el Dzahebi nombró al fin otra vez para aquella alcaidía al depuesto Ahmed, que acababa de ser vencido. Llegó á tanto entonces la cólera de los tetuaníes, que en una junta pública acordaron abandonar la ciudad y retirarse todos al campo de Ceuta para someterse al rey de España, antes de obedecer al alcaide que el sultán favorecía. Enviaron mensajeros á Fez, que al fin había sido