defendido con heroico valor, justo es decirlo, sus desiertas montañas; desengañados con el ejemplo terrible de Ysly de la debilidadd de su caballería, han lanzado sobre nuestro ejército, lo mismo en los montes que en los llanos, nubes de infantes y tiradores diestrísimos, que han ensangrentado largamente nuestras victorias. Pocos de sus muertos han quedado en los campos; sólo algunos cuantos heridos hemos llegado á tener prisioneros. Vencidos, han sobrellevado con noble resignación y con intrépida firmeza su desgracia. Después de hecha la paz han cumplido con admirable exactitud la suspensión de hostilidades. Y cuantos los han visto y alternado con ellos, esperan que lealmente cumplirán del mismo modo las condiciones de la paz estipulada. Esto aplazará las probabilidades de una nueva lucha que no dejará, sin embargo, de empeñarse tarde ó temprano, si como es de temer, el mahometismo se hace inaccesible de todo punto á la civilización europea; si no halla otro auxiliar que las armas nuestro legítimo y necesario influjo en la vecina costa africana; si nosotros, ó nuestros hijos y nuestros nietos, necesitamos apelar á la conquista para asegurar nuestra posición en Europa y cumplir en África nuestro destino.