retórico y dulcísimo poeta
ó bien cantes de amor ó bien de Marte
mientras mi pluma á esta alma esté sujeta
no dejarán mis versos de alabarte
á tí y á tu divina poesía.
¡Oh! ¡cuántos triunfos la lujuria mía
debió á esta ciencia! Yo me acuerdo cuando.
con mis sonetos, sin pagar la blanca
los ojos encendí de la Belica;
y según yo los iba recitando,
la incontinente y disoluta hembra
se iba en pura lujuria electrizando;
y hasta la madre Luisa, honrada vieja,.
sintió el antiguo comezón, y el cano
pendejo asió con tabacales yemas,
metiendo hasta el nudillo el dedo largo
por el conducto que salió tal hija
veinte años antes; á los hombres todos.
vieras desenroscándose la pija
revolviéndose á guisa de serpiente
causando terremoto en los calzones
que revientan saltando los botones,
y no por mano de aprendiz cosidos,
sino de costurera muy prolija
y un furor uterino los sentidos
privó á la honesta y venerable anciana,
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ARTE DE LAS PUTAS