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FERNÁNDEZ DE MORATIN

y asi la rectitud de los Jueces
severos no interrumpa mis acentos,
ni me condene hasta cantar seis veces,
y el mundo me dará agradecimiento,
porque tantos que el tiempo mal emplean
putean sin saber lo que putean,
por falta de maestro y de un buen libro
que enseñe el arte que por piedad solo
para común utilidad escribo
por evitar absurdos mayormente.
Cuando hoy abundan tantos metodistas
de estudiar de curar los sabañones
y otras mil cosas; ¿ha de estar sin reglas,
sólo fiada en apurar las tradiciones,
tan gran ciencia como es la putería?
No consintiera tal la Musa mía.
Bien haya el inventor tan excelente
de un arte en todas formas eminente,
tan util y gustoso, ¿quién sería?
qué elogios al saberlo yo le haría!
Mas, ¿cómo no percibe mi rudeza
que el autor sólo fué naturaleza?
En la ley natural no fué delito
ser los hombres más justos putañeros,
ni tuvo entonces tasa el apetito.
Del padre Abraham las venerables canas