cebir como su pequeña canoa pudo librarse de la destruccion ni el espació de un minuto. Estaba además construida para el servició de la pesca de la ballena y tenia, como despues tuve ocasion de observar, cabidádes para respirar á imitacion de algunas canoas de salvamento de la costa del pais de Gales.
Despues de buscar en vano durante el espació de tiempo que he dicho, resolvieron volver á bordo. Apenas habian tomado este partido, cuando un grito débil partió de un objeto negro que pasaba rápidamente junto á ellos. Pusiéronse en persecucion del objeto y lo alcanzaron. Eran el puente y el camarote del Ariel. Augusto se agitaba allí como si estuviera en la suprema agonía. Al apoderarse de él se vió que estaba atado con una soga al maderage flotante. Esta cuerda era la que yo le había pasado por la cintura, atando los estrenaos á una anilla para mantenerle en una posicion cómoda, y con esto le habia proporcionado por lo visto el medio de salvarle la vida.
El Ariel estaba ligeramente construido y el casco al hundirse se habia roto: naturalmente el puente del camarote fue levantado por la fuerza del agua, se desprendió completamente del resto y se puso á flotar por la superficie, sin duda con otros fragmentos. Augusto flotaba encima y habia librado de este modo de una muerte terrible.
Hasta mas de una hora despues de hallarse