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Aventuras

de ojos obscuros muy penetrantes que presentan un singular contraste con el color de su cabello, todo lo distingue de la muchedumbre común de mendigos, y también lo distingue su vivacidad, pues siempre tiene lista una réplica para cuando algún transeunte le arroja cualquier objeto inservible en vez de una moneda.

Tal es el hombre que ahora hemos sabido era inquilino del fumadero y última persona que vió al caballero en cuya busca estamos.

—Pero un tullido!—dije.—Qué podría haber hecho solo, contra un hombre en la fuerza de la edad?


—Es un tullido en el sentido de que sólo mueve una pierna para andar, pero, en otros respectos, parece ser hombre forzudo y ágil. La experiencia médica de usted, Watson, debe haber enseñado á usted que la debilidad de un miembro está á menudo compensada por una fuerza excepcional en los otros.

—Ruego á usted que continúe su narración.

—La señora Saint Clair se había desmayado á la vista de la sangre de la ventana, y un agente de policía la acompañó en un coche á su casa pues su presencia no podía ayudarle en sus investigaciones! El inspector Bartón, que estaba encargado del caso, hizo un examen muy minucioso del local, pero sin encontrar nada que arrojara luz en el asunto. Se cometió un error al no arrestar á Boone inmediatamente, y dejársele algunos minutos durante los cuales pudo