Página:Aventuras de Sherlock Holmes - Tomo I (1909).pdf/216

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
214
Aventuras

STAD

Eso no me sirve.

Entonces, en la vidriera hay algunos, bajo el calor del gas.

—Ah! Pero yo vengo recomendado á usted.

—Por quién?

—Por el dueño de la «Alfa.» MAR

—Cierto: le mandé un par de docenas.

—Excelentes fueron todos. ¿De dónde los recibió usted?

Con sorpresa mia, la pregunta provocó una explosión de cólera en el comerciante.

1904 —Vamos á ver, señor—dijo, echando la cabeza hacia atrás y poniendo los brazos en jarras¿qué se proponen ustedes? Quiero que aclaremos eso ahora mismo.

—Bastante claro está: desearía saber quién vendió á usted los gansos que usted á su vez vendió al dueño de la «Alfa.» borav —SI ? Pues sepa que no se lo diré. Y se acaból —10h1 La cosa no tiene importancia; pero no sé por qué se ha de agitar usted tanto por semejante pequeñez.leauck 1844 Agitar! Usted se agitaría más, probablemente, si lo fastidiaran como á mí. Cuando pago buena plata por un articulo, allí debería, termi nar el negocio, pero no, señor: Dónde están los gansos?» «¿A quién vendió usted los gansos?» Cuánto quiere usted por los gansos?» Y las preguntas no se acaban. Se diría que esos son los únicos gansos en el mundo, tanto es lo que vienen á machacar con ellosaldation 67