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confortado con la seguridad de que el país tiene elementos sobrados con que llenar todos sus compromisos, dehemos declarar también que para conseguirlo es indispensable aumentor nuestras rentas, creando nuevos impuestos de carácter moderado y temporal, cuyo peso, lo mismo que las quejas parciales que puedan suscitar, serán más que recompensados por la ventaja de conseguir cuanto antes la liquidación final de unasituación extraordinariamente mala y crítica, como la que el P. E. ha encontrado, y de llegar á tomar en poco tiempo un camino regular que equilibre ventajosamente nuestros subsiguientes presupuestos.

Por las siguientes demostraciones, va V. H. á comprender muy pronto, no solo la necesidad, sino la ventaja de imponerle al país sacrificios pasajeros para llegar á resultados positivos.

Si los impuestos adicionales y temporarios cuya sanción pide el P. E. no tuviesen más alcance que llenar las necesidades del Presupuesto, fácil habría sido encontrar como suplirlos por otros medios. Más lo grave aquí es la fatal complicación de tres causas diversas, cuando una sola de ellas habría sido más que suficiente motivo para producir los mús sérios embarazos.

Estas causas son: la deuda extranjera llevada á un exceso abrumador; el pleno descrédito de la circulación fiduciaria, y el agotamiento del encaje de los dos bancos oficiales de la Capital, que habfan sido antes los dos poderosos factores de nuestra riqueza pública y de nuestra independencia económica.

A principios del último Agosto, la deuda exterior de la Nación y de las provincias, con exclusión de la de Buenos Aires, ascendía á la suma redonda de 235.630.524 pesos repartidos en las siguientes categorías: Deuda nacional $ 159.225,108 oro 76.405,416 > provincial