Página:Barreda Cronicas.djvu/97

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 97 —

—9%-

Amaneció un nuevo dia y tampoco se abrieron las puer- tas de la tienda de Alvarez.

Don Angel, su hermano, haciendo un esfuerzo supre- mo, acudió á sus amigos. Les pidió informes.

—¿Qué informes quiero usted que le demos? —le pregun- tó Marcet con todo descaro.—Ya lo hemos buscado nos- otros por todas partes y nadie nos ha podido dar razón de él.

Don Angel sintió, desde ese instante, lúgubres presen- timientos y sospechó de aquellos calaveras, contra los que se hallaba siempre prevenido.

A los pocos días El Tiempo, diario opositor al gobierno, en su número del 12 de Julio, decia:

«Desde el sábado 5 del corriente, por la noche, ha des- aparecido don Francisco Alvarez, dueño de una de las tiendas que miran al Fuerte, en la Recova. Todas las pro- babilidades están en que ha sido asesinado fuera de su casa. Si Alvarez ha muerto, como parece cierto, pues ni su hermano ni nadie sabe nada de él, después de seis dias y de tan vivas diligencias, no debe haber sido asesinado en la calle ni en ningún sitio encubierto por extraviado y distante que sea. Ya hubicra parecido su cadáver, ya se tendria uno ú otro indicio de los que comúnmente influ- yen en el descubrimiento de estos atentados. Todos y los que trataban más á Alvarez, prevén, y con razón, que ha sido asesinado «en alguna casa adonde el infeliz sería con- ducido con engaños por los que habian maquinado robar- lo » Por lo que se ha advertido en su tienda, parece que alli hubo gente en la misma noche en que él desapareció y que no se ha robado otra cosa que moneda. Sies asi, hay fuertes motivos para presumir, puesto que no se sabe el paradero de este hombre, que los mismos que estuvieron en su casa sean los que han tomado la llave, asesinándolo antes con la idea de que quedara secreto el atentado.»

Como se ve, la «sospecha» era perfectamente acertada, y á menos de no tener indicios seguros de lo que habia ocurrido, hubiera sido verdaderamente sugestivo el supo- nerla.