Ir al contenido

Página:Biblioteca de Autores Españoles (Vol. 01).djvu/44

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
2
Prólogo.

facultad (en el pasado tiempo con razon tan estimada) traen consigo mas que medianos provechos como son enriquecer el poeta, considerando su propia lengua, y enseñorearse del artificio de la elocuencia que en ella cabe para empresas mas altas y de mayor importancia, y abrir camino para que à su imitacion los animos estrechos que en la brevedad del lenguaje antiguo quieren que se acabe la abundancia de la lengua castellana, entiendan que tiene campo abierto, fácil y espacioso, por el cual con facilidad y dulzura, con gravedad y elocuencia, pueden correr con libertad, descubriendo la diversidad de conceptos agudos, sutiles, graves y levantados, que en la fertilidad de los ingenios españoles la favorable influencia del cielo con tal ventaja en diversas partes ha producido, y cada hora produce en la edad dichosa nuestra; de lo cual puedo ser yo cierto testigo, que conozco algunos que con justo derecho y sin el empacho que yo llevo, pudieran pasar con seguridad carrera tan peligrosa. Mas son tan ordinarias y tan diferentes las humanas dificultades, y tan varios los fines y las acciones, que unos con deseo de gloria se aventuran, otros con temor de infamia no se atreven a publicar lo que una vez descubierto ha de sufrir el juicio del vulgo peligroso y casi siempre engañado. Yo, no porque tenga razon para ser confiado, he dado muestra de atrevido en la publicacion deste libro, sino porque no sabria determinarme destos dos inconvenientes cuál sea el mayor: ó el de quien con lijereza, deseando comunicar el talento que del cielo ha recibido, temprano se aventura á ofrecer los frutos de su ingenio à su patria y amigos, ó el que de puro escrupuloso, perezoso y tardio, jamas acabando de contentarse de lo que hace y entiende, teniendo solo por acertado lo que no alcanza, nunca se determina á descubrir y comunicar sus escritos. De manera, que asi como la osadía y confianza del uno podria condenarse por la licencia demasiada que con seguridad se concede, asimismo el recelo y la tardanza del otro es vicioso, pues tarde o nunca aprovecha con el fruto de su ingenio y estudio á los que esperan y desean ayudas y ejemplos semejantes para pasar adelante sus ejercicios. Huyendo destos dos inconvenientes no he publicado ántes de ahora este libro, ni tampoco quise tenerle para mi solo mas tiempo guardado, pues para mas que para mi gusto solo le compuso mi entendimiento. Bien sé lo que suele condenarse exceder nadie en la materia del estilo que debe guardarse en ella, pues el príncipe de la poesía latina fué calumniado en algunas de sus églogas por haberse levantado mas que en las otras; y así no temeré mucho que alguno condene haber mezclado razones de filosofía entre algunas amorosas de pastores, que pocas veces se levantan á mas que tratar cosas de campo, y esto con su acostumbrada llaneza. Mas advirtiendo (como en el discurso de la obra alguna vez se hace), que muchos de los disfrazados pastores della lo eran solo en el hábito, queda llana esta objecion. Las demas que en la intencion y en la disposicion se pudieren poner, disculpelas la intencion segura del que leyere, como lo hará siendo discreto, y la voluntad del autor, que fué de agradar, haciendo en esto lo que pudo y alcanzó, que ya que en esta parte la obra no responda á su deseo, otras ofrece para adelante de mas gusto y de mayor artificio.


AL AUTOR, POR VARIOS INGENIOS.


DE LUIS GALVEZ DE MONTALVO.

Mientras del yugo sarracino anduvo
Tu cuello preso y tu cerviz domada,
Y allí tu alma al de la fe amarrada
A mas rigor, mayor firmeza tuvo,
Gozóse el cielo; mas la tierra estuvo
Casi viuda sin ti; y desamparada
De nuestras musas la real morada,
Tristeza, llanto, soledad mantuvo.
Pero despues que diste al patrio suelo
Tu alma sana y tu garganta suelta,
Dentre las fuerzas bárbaras confusas,
Descubre claro tu valor el cielo;
Gózase el mundo en tu felice vuelta,
Y cobra España las perdidas musas.

DE D. LUIS VARGAS MANRIQUE.

Hicieron muestra en vos de su grandeza,
Gran CERVANTES, los dioses soberanos,
Y cual primera, dones inmortales
Sin tasa os repartió naturaleza.
Jove su ravo os dió, que es la viveza
De palabras que mueven pedernales,
Diana en exceder à los mortales
En castidad de estilo con presteza.
Mercurio las historias marañadas,
Marte el fuerte vigor que el brazo os mueve,
Cupido y Vénus todos sus amores,
Apolo las canciones concertadas,
Su ciencia las Hermanas todas nueve,
Y al fin el dios silvestre sus pastores.

DE LOPEZ MALDONADO.

Salen del mar y vuelven á sus senos
Despues de una veloz larga carrera,
Como á su madre universal primera,
Los hijos della largo tiempo ajenos.
Con su partida no la hacen menos,
Ni con su vuelta mas soberbia y liera,
Porque tiene quedandose ella entera,
De su humor siempre sus estanques llenos.
La mar sois vos, o Galatea extremada,
Los rios, los !oores premio y fruto
Con que alcanzais la mas ilustre vida
Por mas que déis, jamas seréis menguada,
Y menos cuando os den todos tributo:
Con él vendréis à veros mas crecida.