ra del alcance de los datos actuales de observación.
62. La pesantez de la energía, que ya vimos($ 44) impone el postulado de identidad de las masas de inercia y gravitatoria, lleva a reconsiderar aqui el paso de un rayo luminoso por el campo gravitatorio solar a la manera del movimiento de una serie de partículas materiales ensartadas en el rayo de luz, según ya vimos en el $ 44.
La ecuación (61, 3) toma en este caso la forma más sencilla
3Jkm (62, 1) 4up"
en atención a que para la velocidad de la luz dz = O, de donde la constante de las áreas
do
de
ha de ser hÁ = o (1). De modo igual que en el caso
py?
(1) Es interesante llamar aquí la atención sobre una circunstancia que acaso no pase desapercibida para el lector. La condición h = «o procede del primer postulado del principio restringido de relatividad, que asigna a la velocidad de la luz c el carácter de velocidad máxima. Parece, pues, que fundándose el razonamiento (8 44) en cuya virtud supusimos que la luz es pesada, en un corolario de aquel principio, debió también ser esta condición base de la deducción del ángulo que el rayo se ha de desviar a su paso por las proximidades del
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