podemos describir en estos términos. Puesto que el potencial gravitatorio V es una cantidad escalar, cuando en vez de una masa puntual única existe un conjunto distribuido discretamente en el espacio, dicha función se obtiene por simple suma de los potenciales correspondientes a cada una,
> a
Imaginemos ahora que el número de masas puntuales crece, acortándose sus distancias hasta rebasar el poder separador de nuestros métodos de observación. La anterior expresión de V sigue siendo rigorosamente exacta, pero inaplicable, tanto en atención al escaso poder separador a que aludía, como en virtud de la limitación de nuestra capacidad intelectual. La dificultad la salva la Física matemática por un paso al límite que conduce a reemplazar la ecuación de Laplace por la
AV =—Ro» (65, 1)
que lleva el nombre de Poison. En ella pp es la densidad de la materia supuesta en reposo.
Para seguir el mismo método en la teoría de Einstein se tropieza con que los potenciales gravitatorios £¡¿constituyen aquí las componentes de un tensor, que además no entran linealmente en las Gy, Por consiguiente, ajustándose al rigor analítico más
FUNDACIÓN
E 7d JUANELO
2) TURRIANO
