de un espejo parabólico, para que los rayos salgan del sistema en una dirección única. A larga distancia de este aparato emisor, supondré otro, A, que recoja y absorba íntegramente la energía de aquellos rayos. La teoría demuestra que sobre cada sistema, respectivamente durante la emisión y la absorción, actúan fuerzas, FE y FA, iguales y dirigidas según la recta que los une; pero cuyos sentidos son opuestos, pues el de la primera es contrario, y el de la segunda, idéntico al de propagación del haz.
Fig. 7.
La experimentación ha comprobado exactamente la realidad de FA, gracias, principalmente, a los trabajos de Nicholson y Hull, y si no se ha logrado también para FE, hay que atribuirlo a las insuperables dificultades técnicas que se oponen a la realización de los experimentos indispensables.
Las cosas ocurren del mismo modo que cuando se dispara un arma de fuego sobre un péndulo balístico: el choque de retroceso en el arma es igual al impulso que el péndulo recibe por la acción de la bala, despreciado el efecto del aire. En uno y otro caso, las acciones inicial y final son iguales y opuestas,