del cual se pueda partir para reconstruir la Ciencia, acaso se tema que los resultados difieran cuando se le reemplace por otro. Pero no ha de olvidarse que el verdadero postulado es la identidad de las leyes naturales respecto de todos los sistemas cuyos movimientos relativos sean rectilíneos y uniformes. La identidad de forma de la onda luminosa no es más que un caso particular de la invariancia de las ecuaciones que expresan aquellas leyes. El grupo de transformación de a que haya de sustituir al de Galileo es necesario que satisfaga a este postulado con toda la generalidad con que viene formulado.
17.
En la ecuación (16, 1) he supuesto la posibilidad de dos valores diferentes, c y c1, para la velocidad de propagación de la luz relativamente a O y O'. En efecto, lo único que prueba el experimento de Michelson es la isotropía de los espacios de O y O' para esta traslación, y ello no exige realmente que c y c1 sean idénticas. Sin embargo, ya hemos visto en el capítulo precedente que esta magnitud figura como constante en el sistema de ecuaciones fundamentales para todos los fenómenos electromagnéticos, de modo que se podrían imaginar experimentos que condujeran a la determinación numérica de c, y de este modo sería posible establecer el movimiento absoluto. Un intento en este sentido ha sido llevado a la práctica recientemente por Majorana, de cuyos