se de trages y otros artículos necesarios, lo que dispensa de llevar, como sucedía antes, esos bagajes tan pesados llamados baules, cajas y cajones, sombrereras, cartones etc., etc.
Tocante al servicio de sus empleados, cumplen con él con tanta amabilidad y modales tan finos, que el proverbio: "Cortés como un empleado del Ferro-Carril Sud-Americano", se ha introducido en la lengua de todos los pueblos. Debemos, á fuer de verídicos, agregar que esta cortesía, no tan sólo se halla en las líneas de los Ferro-Carriles, sinó que tambien la vemos en los empleados de todas las Administraciones del servicio público: en las oficinas de los Ministerios, por do quier, los visitantes reciben una acogida amable y solícita.
Mientras se paseaba por los vestíbulos, Enrique se fijó en una jóven de estremada hermosura, y, siendo el amor el único an-