literatura espafiola han influido en la inspiración del autor, gQuin al leer estos versos, bellisimos por ctra parte, que se presentan como ejemplo de americaniso poético,
no tiene el Amazonas, en sus orillas,
rosa como la rosa de tus mejillas,
ni, en sus laderas, tiehen nuestras montañas
roca como la roca de tus entrañas,
no se imagina estar leyendo tma de las armoniosas serenatas orientales de Zorrilla? Mal que nos pese, y mientras en . America no inventemos para nuestro uso esclusivo un idioma, nuestra literatura tiene que ser espafiola, eminentemente espfiola. El americanismo en literatura no pasa, en mi concepto, de un lindo tema para borronear papel. Pero estas reflexJones que, sobre primitiva literatura indigena y sobre americauismo en literatura, se me hah escapado al correr de la pluma, eran indispensables para formu*ar una opinión acerca de la obra en que, con tanta felicidad, ha lucido el señor Carrasco sus buenas dotes de poetay su ilustrachSn lingüistica.
Historiadores de nota apoyb, ndo.e en Garcilaso, dicen que no fueren desconocidas entre los antiguos peruanos, las farsas escnicas, 6 Io que tanto vale, que existió la poesia dramática.
Si el Ollantay (y perdónese lo que haya de presuntuoso e este juicio) es la prueba testimonial que de esa opinión se me presenta, tentado e., toy de sostener qtte la obra no fu compuesta en poca de los Incas, sino cuando ya la conquista espafiola habia echado ratces en el Perfl.
En efecto. Basta fijarse e la distribución de cscenas y en la introducción de coros, para que se agolpen al espiritu reminiscencias del teatro griego. Dirfise que los unidades de tiempo y de htgar no estb, a consultadas; pero esto no probaria mb.s sino que el autor quiso apartarse de los preceptistas clb, sicos, f, rzado acaso por la imposibilidad de encerrar su argumento en la estrechóz de limites por aqueIlos establecida.
La escena del acto primero entre el galfin y el gracioso, nos recuerda la oblieada exposición de los poetas drb, maticas del antiguo, original y admirable teatro espafiol. Asi en las comedias de Lope, Calderón, Moreto, Alarcón, Tirso y demb, s ingenios de la edad de oro de las letras castelianas,