al idealizar. ¡El hombre, al cultivar las ciencias, las letras, las artes, va creando idealmente tipos humanos cada vez más perfectos; inconscientemente dirige la energía interna hacia la brecha de menor resistencia. Y la mujer, encargada de velar por los intereses de la raza, fija en el hijo el tipo ideal creado por el hombre.
El papel de la mujer, en la evolución, es doble. En relación con su complemento sexual, la mujer representa en el universo la pasividad; pero, en cuanto se trata de preservar, de defender los intereses de la raza, la mujer desarrolla una actividad prodigiosa.
La importancia inmensa que podrá tener para la humanidad la comprensión de este doble papel de la mujer, comenzará a ser un hecho cuando el hombre deje de ver en su compañera tan solo a la hembra, y cuando la mujer, por la conciencia de sus deberes, se respete y se dignifique a sí misma conquistando ante los demás el derecho de ser considerada como un ser humano. Hasta ahora la mujer es género, sólo el hombre es individuo.
Cuando la pareja humana se complemente, el ideal de evolución que hasta hoy, y con justicia, es principalmente masculino, se completará a su vez con la fase femenina. Pero completo en lo porvenir o incompleto en la actualidad, el ideal sano, hijo de lo real, es el incentivo que lleva al progreso, es el alimento de los fuertes luchadores, es la fuente de la religiosidad natural.