libre desenvolvimiento de todos y de cada uno es y será la condición del libre desenvolvimiento universal.
Bellamente expresa Lugones este derecho humano a la vida integral, a la felicidad, al preguntarse, en su Prometeo, cómo, ya que hoy no se discute, dándolo por averiguado, que para asegurar la higiene física de cada uno es necesario preocuparse de la higiene de la colectividad, tampoco se discute, pero porque no interesa a nadie, que es necesario asegurar un lote de felicidad colectiva para poder sentirse individualmente feliz en medio de los felices, sin que la desdicha ajena imposibilite el goce de la propia dicha.
No hay que imprimir en el espíritu plástico del niño la noción de que la humanidad ideal estará compuesta por animales vigorosos e instintivos. El respeto religioso hacia la vida, en cualquiera de sus manifestaciones; el conocimiento y el aprecio de sí mismo como persona humana; el orgullo de vivir dignamente la vida y la responsabilidad de mejorarla, en él y en sus descendientes; unido, todo, a la admiración ante la energía inmensa desplegada en el universo, de la cual el tener nosotros conciencia es la síntesis más elevada, constituirá la educación sexual, que será el alma de la instrucción integral. Porque nada es comparable en funestas consecuencias a la perniciosa influencia de la instrucción sexual aislada, no animada, no vivificada por la educación moral.
Por eso los jóvenes deben imitar la virtud de